16 de septiembre de 2015
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| El autor y sus libros |
Quisiera perderme de este mundo…
Adentrarme en ese camino de tu sexo
flanqueado de flamboyanes,
beber de tus riberas sus humedades.
Si pudiera extraviarme en tu sabana
y pacer los besos plantados otrora en tu vientre…
Atascarme en el lodazal de tu ardiente Estigia…
Plasmarme en el pantano de tu fantasía…
Pero a mí nadie me lee ni me ha llamado
para tenerme en la vereda de sus verdes ojos
ni siquiera cual espectro melancólico a su lado.
Soy libro que el tiempo acomodó en la catacumba,
féretro en la estantería del olvido.
Soneto polvoso. Desmoronada palabra. Triste rumba.
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