14 de septiembre de 2015
Besas
con tus labios húmedos
mi tierra abierta.
Bajo tu sombra germino,
mi tallo asomo,
a tu afán me arraigo;
en ti me adentro.
Soy tronco enhiesto
apuntado a tu cenit.
En tu azul entraña, Cielo,
ay blancas, melancólicas nubes vierta.
El compás de tu cuerpo
hace horizonte, camino
hacia el que mi bergantín dirijo.
Habrás de perderme, Sino.
En el abismo de tu vientre caigo
incendiado en los ardores de tu celo.
¡Ábreme las puertas del Infierno!
¡De par en par!
Hunde en tu cerrojo la llave.
Enciérrame en tu cuerpo carcelero.
Mira que amante muero
aun cuando de ti no extraigo
todavía ni el más tímido,
musitado te quiero.
En la costa de tu golfo me anclo,
Me vuelvo pozo petrolero
a tus mareas expuesto.
Te perforo, te penetro,
con toda la codicia que me es posible.
Te sacio, me vacío.
En la energética mecánica del amor
eres cigüeñal, yo pistón.
En tu cámara de combustión…
¡Estallo!
¡Incendio!
En la plataforma del deseo
tu verde mirada es del quemador fuego;
tus tornados ojos, mi oro negro.
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