29-30 de marzo de 2015
En el poema caballete de la vidame pinto con colores de silencio.
En el retrato propio la mirada
refulge esperanzada
bajo oscuras sombras de nostalgia.
En el fondo no hay paisaje
y en cambio entre las manos
una taza humea vapores de maridaje.
En los labios los versos sellan
los amores ya perdidos
y siendo tiempos en lienzos plasmados
voy quedando con ellos verbo en el papel
hecho colores de silencio, tonalidades de olvidos.
Si alguien me hubiera alertado
que ser poeta me volvería de los malditos,
habría guardado en mi equipaje,
además de al viento,
uno que otro existenciales hitos.
0 comments:
Publicar un comentario