13 de enero de 2016
Paola Virrueta Foto: David Illanes. Maquillaje: Mariel Vernaza |
Estando a la caza de motivos
topé con la estampa de tu salvajismo.
Te me pusiste enfrente retadora,
reminiscencia en blanco y negro,
presa presta a ser perseguida,
por las garras y la labia d’este poeta eterno
amante de tu cuerpo de espejismo.
Ay yo quisiera ser en ti, grácil gacela,
la enhiesta raya extra sobre tu piel de cebra
en la cuenta de tus noches venideras.
Hacer de mi rima la terminación repetitiva,
la carrera cruenta, cacofónica mas verdadera,
de los selváticos silencios de los besos
enrejados hasta ahora entre tus labios.
Voy a acecharte hasta conseguir
ya el cansancio de tus pasos
o convencerte de ser de mí razón
justificada causa del latir de mi corazón.
Y ya entre mis manos, con mis deseosos lazos
desollaré tus ansias desnudando así tus formas;
y así saciaré ambas ganas entrándome rígido verso
entre las rayas del poema escrito en tus entrañas.
Mis fauces te arrancarán la lengua sin normas
y en el gemido mortuorio te harás en mi boca
del mismo modo que en el comienzo se hizo el verbo.
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