El texto debajo de estas líneas introductorias escrito originalmente el 19 de octubre de 2020 y modificado el 31 de julio de 2022, tendría que llevar dedicatoria; en cambio lleva implícita una grave disculpa hacia un poeta que apenas descubro, cantautor cuyo talento el aire pasó ante mí, tan callado, que nunca me percaté de su eco. Me siento mal; pero, a la vez comprendo que a todos nos sucede igual y que quizás estas líneas de ahora sufrirán el mismo desprecio, ninguneo, nulidad, olvido que la obra de Gabo Ferro ante mi atención que busca reconciliarse y hacer justicia como si fuera posible post mortem.
El cantautor argentino y casi coetáneo Gabo Ferro falleció a una semana de la fecha indicada en la cabecera de este texto. Para mí fue siempre, hasta hoy, un completo desconocido, como he de ser yo para tantos en el mundo real y el metamundo virtual de Second Life. No obstante, resarzo ahora en lo que me es posible y extraigo prestada alguna frase del mismo memorable para decir lo que me es propio.
Mediante sus palabras te quiero
decir que
«soy todo lo que recuerdo» y tengo
delante de mí, en mi memoria,
una imagen tuya, retrato,
conmigo fuera de plano.
«soy todo lo que recuerdo» y tengo
delante de mí, en mi memoria,
una imagen tuya, retrato,
conmigo fuera de plano.
Soy todo lo que tengo
para recordarte y recordarme que
añorando trato
llenar con tu recuerdo
los vacíos con que no puedo mentirte,
las ansias con que en las nubes te retengo,
las lluvias con que gota a gota,
como miradas de otros,
las aves insistentes
pretenden sin lograrlo
beber hasta agotar nuestra anegada historia,
fuente de remanso para este poeta que te añora.
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