31 de mayo de 2011
Cuando de definir se trata,
no pienso en otra cosa más
que en tu figura,
ese horizonte
al que, si me acerco
demasiado
seguramente habré de rebasar,
cayendo en el abismo del deseo
donde habitan esos seres
fantásticos
que convocan, amor,
a aventurarse en mar tan lejana. Y ahí,
tanto como ahora,
habiendo hundido la verga de mi nave,
luego de perder el cabrestante,
recogido en la canastilla de tus brazos,
he de ser ciego por tu causa,
pues siendo solo para ti
mi ceguera no es discapacidad,
sino entera exclusividad.
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