19 de octubre de 2011
en cada poro y cada sueño
tu tacto se acomoda
y me proyecta
sobre el pálpito
insistente del anhelo
y en el seno de la noche
tu figura
roza sutilmente el silencio.
La oscuridad
al delinearte, amada,
roza
la frontera que acaso rompe
con fruición afanosa
mi mirada.
Ay, enigma felino,
abrazas mi muñeca
y haces metáfora
de mi ardor
abrasado en su cintura.
¡Oh!, sobre tu piel he de caer,
rozando
con mis voces otoñales,
hecho folio, suma de palabras,
verde tapiz de fantasía que acaricie
el rincón que aguarda a mi cordura.
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