3 de octubre de 2010 (modificado el 22 de febrero de 2023)
cada vez que abriere mi libreta
cada verso sería surco,
cada línea un sendero
sembrado de flores y trigo,
cada espacio tu memoria
en blanco, reposando
a la espera
de la lluvia de mi llanto,
por el sol de mi sonrisa
iluminada.
Si las letras fueran granos…
Si tu sexo fuera verso…
Si tu cuerpo el maizal,
más que poeta sería hortelano,
haría de mis ansias azadón inquieto
y con él la caricia dejaría de ser
barbecho en vano
sobre tu piel parcela.
Pero las letras sólo son
silencios
mazorcas alimentadas con el guano
de mi febril inconsistencia;
poemas regados con la blanca tinta
de lo que otrora fuera mi inocencia.
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