3 de marzo de 2012
Sueño con estar contigo
un día
entero
una vida incluso
de tu cuerpo
ardiente recluso
cuya alma se halle
a tu pensamiento anclada.
Mas es tan caro
el suspiro que te arranco...
¿No te bastan todas mis palabras
mis denuedos, caricias y silencios
para darme con frecuencia
la ocasión de andarme en ti,
sobre tu piel
a punta de besos
como trancos del deseo?
Es tanto y tan poco
lo que tengo
que ofrecerte mi caudal
de versos
es apenas mísera ganga
para tan adorada musa
amante y causa de esta pasión
tan mundana
tan astral.
Ah, empero tú, tan gentil,
sé que un día vendrás a mí
con una verde mirada
de sonrisa tan sutil
y entonces, en vez de yo hacerte mía,
tú tomarás de mí lo tuyo
y así, por tu audaz lozanía,
mi corazón, para ti,
valdrá en la tersura de tus labios
y sobre tu boca
justo lo suyo
como simiente de un nosotros
inscrito en mis afanes
y en la peregrina idea
por tu frente.
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