13 de mayo de 2012
Tu alma es mi joya,
tu cuerpo mi joyero.
Apenas he dado un paso hacia ti
y ya me cuesta
respirar sin tenerte cerca,
sabiéndote licenciada en orgasmos.
Quiero saber cuánto cuesta
tu mirada de turquesa,
tu pupila de esmeralda.
Quiero engarzarlas
del modo como enlazas
tus piernas alrededor de mi piel
con pericia de maestra en el placer.
Quiero hacer con tus ojos gema
doctorada en fantasía,
pendiente de tu cuello,
prendida de tu vientre y de tu seno.
Este anhelo por ti ya me es cuesta
abajo entre tus labios
donde fundo el beso, cuesta
arriba hasta tu boca
donde el versificado pendón de mi poesía
es gallarda voz que a ti se apresta.
Podrán mis sueños parecer
colección de afanes de bisutería,
necias insistencias bañadas en oro,
plateadas pretenciones de querer
que fuera tu vida lo que junto a mí se acuesta,
retahila de deseos a tu cintura encadenados.
Empero se limitan a creer
que es tu cuerpo deliciosa joyería
donde el brillante compromiso
a este amante anillo entrega
solitario.
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