5 de agosto de 2016
Asomada a tus ojos, la noche.
La noche que se cuela por tu ventana.
Aire y donaire de tu esbelta figura
es trampa de estos sueños míos
como leves y tibios soplos
con que mi deseo se aventura
a abrasarte, a pesar de la distancia,
al rodear con mi mirada tu cintura.
El andaluz duende te ha vestido,
ah mora mía, de luna menguante,
tú sonrisa, pasa como mi alma por el vano
y vuela a lontananza. Te haces ave
con piel de nocturno cuando asomas,
maja, desnuda, ay alma, a la ventana
a la ventana abierta de mis ansias.
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