18-22 de enero de 2012
mis palabras, aquí
habremos de yacer
ellas, tú y yo,
en la forma de entrelíneas
que hablen
por tus labios,
entre nados,
de lo que provocas
en este
humilde bardo que te quiere,
más que con versos,
alcanzar
con besos
y anidar
en tu boca
la poesía que desde ya va
trazando sobre tus formas
poemas entrenados.
¡Dios, por qué,
por qué tienen que estar
tan lejos de mí
las razones que explican
tu existencia en mi deseo?
¿No podrías allegármelas, sí,
tantito, un ratito al menos,
para sentirme en ellas
cual realidad y que soy
yo
el palpitante ensueño
entre tus senos;
el incitante y ardoroso afán
asomado hoy
en el balcón de tu mirada?
Si estuvieras a mi lado, criatura,
además de ejercitarnos
en el cultivo del cuerpo,
tierra fértil del anhelo,
ejercitaríamosnos en espíritu,
dando espacio a nuestro tiempo
para el cultivo del murmullo
de las ilusiones mutuas.
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