(Incluido en mi poemario "Mujeres" en preparación.)
19 de abril de 2012
Abres la puerta.
Haz llegado fiel
para ejecutar la partitura concertada
Me miras.
Te miro.
Nos besamos. Tocamos.
La habitación se transforma.
En la luna frente a la cama
nuestros cuerpos se reflejan,
siendo notas escritas en el pentagrama
de una melodía palpitante en la piel.
Al compás de tus caderas
mi pluma traza las corcheas,
pulsa tus bemoles,
marca el ritmo de tus sis sostenidos
y llegando a la coda repetimos
el estribillo de gemidos.
Es en Fa que pido a ti, mi Sol, mi clave,
la razón de tu febril acompañamiento.
Glisando va mi boca
cada línea que provoca
la fuga
el acento del orgasmo corrido
a lo largo del andante movimiento
tras el cual rondó
mi mente desde el primer momento.
Al final, el orquestado estallido
nos envuelve con el coro de suspiros
y en el epílogo operístico resumimos:
Abriste.
Llegaste.
Nos miramos.
Al coger al instante
de la música hicimos
nuestro secreto anagrama.
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