16 de mayo de 2014
A Gabriela Quinteros, dueña de estas maravillosas razones de palabras mayores
Bésame donde tú quieras,
yo no pondré resistencia;
imprime tu boca en mí;
haz de mi cuerpo el papel;
difunde tu amoroso panegírico en mi piel.
Tócame donde apetezcas,
con tanta fruición y terneza
como consideres necesario,
para que por tu deseo crezca,
para que la rima se humedezca
y extraiga la palabra de tu ovario
y la preñe por virtud de mi enunciado.
Cielo, acógeme entre tus mullidas líneas;
refíname en el corte de tus sueños
y una vez acabado entre tus manos,
cóseme a tu lomo, encuadérname
entre las tapas de tus sensuales labios
tan de mi alma como de mis letras dueños.
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