6 de abril de 2015
Así como aquel en su canción quiso
regalar a la amada cada día una rosa,
así también y a mi vez yo te miraré gozosa
si en tus verdes ojos un verso mío sembrar consigo
cada día de abril para lo que aquí te digo,
Quizá el soneto no sea bastante para encerrar la prosa
con la que algún día moribundo te nombre, Rosa;
entonces podría la vida reunirme contigo.
Es la vida una trama inconclusa
en el telar de las memorias.
Ahí mi recuerdo te tiene entre su urdimbre reclusa,
siendo presa, motivo de mi personal historia;
de una que sin vergüenza al tiempo engatuza
para contarle de amores sin escapatoria.
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