15 de agosto de 2015
― I ―
Yegua llévame en la grupa de tus sueños,
mira alma que montar quiero
en tus verdes ojos de lucero,
asirme a tus ideas con mis versos dueños.
Yegua de elegante porte acércame al soneto,
al que relincha sin la brida de tus besos;
aúpame en tus ansias, juntos cabalguemos
siendo lapsos atados a la cadera de tus tiempos.
Desboque yo por ti la rima
y venza en la carrera a Fobos y Deimos,
con tal de al fin pertenecer ay a Marte.
Yegua ámame bajo la yagua, árdeme en deseos
que ya el paso de las sílabas no puede más
y hasta la cacofonía del silencio aquí desfallece.
― 2 ―
¿Dónde, yegua, está en tu cuerpo el abrevadero?
Mira alma que de tanto cabalgar estoy sediento.
Esta salada humedad con que me empapas
ha diluido del poema toda forma y métrica.
Quisiera con tu boca hacer sexteto,
pero te lo digo, lo confieso, he quedado… que no pienso.
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