24 de abril de 2017
Siendo para ti más que palabra
transportada por el viento,
me llegaré hasta tu boca
y desde el cantil de tus labios
miraré hacia el horizonte.
Serán tus cabellos trazos de noche,
cascada traviesa de ideas,
recuerdos de melancólico chopo
plantado por este afán
de un poeta que te ama y no ceja.
Descenderé alpinista por tus formas.
Desafiando a la gravedad
prenderé mis dedos de tu barbilla,
recorreré el acantilado de tu cuello
y desde el mirador de tu clavícula
otearé a lontananza
para decirle al universo
¡la he conquistado, ella es mía!
Y así seguiré bajando,
roca entre las rocas.
brillante entre brillantes
y ya en el seno de tu pecho amarillo
fincaré la estación alpina
donde reposar mi verde sueño.
Ahí, morada donde yo creo que ya habito,
tendré encendida con mi verbo
la hoguera de esta amante llama.
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