Foto: Salomón Urraca |
19 de abril de 2017
El ojo del fotógrafo miró
un específico punto,
quiso destacar lo que el momento amó:
tu sonrisa fue el foco de su asunto.
Sin embargo, yo, ahora,
atendiendo a tu retrato,
amplío la profundidad de campo
y el foco pongo en lo que mi afán adora:
Toda tú eres soneto que se extiende
sobre el sueño que, ay, para mí anida,
en lo mullido de tu boca.
A mis ojos todo es claro ahora.
Por tu cuerpo de esfinge que no olvida
no son tus pies, sino deseo, lo que en el fondo asciende.
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